El poder de la mente subconsciente: cómo reprogramar nuestro inconsciente para manifestar lo que queremos

Nuestras raíces son la base de nuestra vida, sí, pero también es importante que entendamos que siempre tenemos la capacidad absoluta de reprogramar nuestra mente. 

Pero, ¿cómo empezamos a hacerlo?

1. Conoce tus creencias limitantes. El primer paso es saber cuáles son nuestras raíces y creencias limitantes y conocer nuestro entorno físico. Si, por ejemplo, no tenemos el dinero que queremos, ni el tipo de relación ni el trabajo que deseamos, probablemente es que nos estemos autosaboteando. Por eso, es importante que nos preguntemos: ¿cuáles son los resultados en mi vida que no me gustan? ¿Qué ha pasado en mi niñez y cuáles son las creencias que puedo tener para tener la realidad que tengo ahora mismo y que no quiero? Por ejemplo, tus padres se peleaban mucho y por eso ahora crees que no mereces amor.
2. Haz una lista de tus creencias limitantes. Elige cuáles de estas creencias tienen más peso. Después, cuestiónalas para entender qué estás perdiendo. Cuando nos damos cuenta de lo que perdemos, nos desatamos de esa creencia.
3. Busca contrarios. Encuentra personas que hayan comprobado que las creencias limitantes que tú tienes no son verdad. Es decir, que esa creencia no es la verdad absoluta. Esto te ayudará a deshacerla porque la creencia es algo que la mente ha clasificado como una verdad absoluta y cuando ve que hay excepciones, la cuestiona y no la ve tan real.
4. Repítete constantemente tus nuevas creencias y afirmaciones (frases en positivo). La repetición ayuda mucho a reprogramar la mente subconsciente. Por ejemplo, repítete a menudo: “soy mujer próspera”, “soy merecedora”.

   Al repetir con la mente consciente una afirmación, le estamos diciendo a la mente inconsciente que se reprograme.

   Esta acción es muy importante porque durante toda la vida hemos creído algo y lo hemos repetido a menudo, y con estas afirmaciones repetidas, cambiamos ese pensamiento. Es decir, desarrollamos nuevas conexiones neuronales, pero hay que creérselas para educar al cerebro a ir por ese camino.
   Todo se resume a: si piensas en positivo, actuarás en positivo. 

5. Crea puentes de pensamiento. Probablemente, te sea difícil cambiar tu pensamiento de la noche a la mañana. Por eso, puedes crear puentes. Por ejemplo, si no te crees la afirmación “soy mujer próspera”, puedes decirte: “estoy trabajando para ser y considerarme una mujer próspera”. Y así, poco a poco, harás cambios y reprogramarás tu mente.
6. Cuida lo que te dices y cómo te lo dices. La mente inconsciente no identifica lo que es real o no. Por eso, cuando visualizas, se lo cree y cambia las raíces.

   No entiende de pasado, presente y futuro. Por tanto, aunque tus pensamientos estén arraigados desde pequeña, si cambias se lo cree.
   Tampoco entiende el humor. Por eso, si te hablas mal aunque sea de broma, también cree que es real. Si tú te dices “soy tonta”, “no puedo”, etc. él te da la razón. Cambia el vocabulario para reprogramar. 

7. Cuídate. Para, toma pausas en tu día a día, haz meditaciones de amor propio, practica la autocompasión y dite a ti misma por la mañana que te quieres y que eres suficiente.

   Es una tarea pequeña, pero inmensamente valiosa que te ayudará a reprogramar tu mente. 

8. Practica la hipnosis. La hipnosis nos hace entrar en un estado de ondas lentas desde las que tenemos más acceso al inconsciente y, por tanto, podemos poner nuevas formas de pensar y reprogramar.

Todas estas acciones te ayudarán a pensar de manera distinta y a cambiar tus raíces. Pero no olvides esto: son un conjunto de acciones. Hay que trabajar. Esa frase de «imagínalo y lo atraes» no es tan real como se vende. La ley de la acción es la clave para que todo pase. 

Por eso, primero, trabaja tus creencias limitantes y después ve a la acción. Cambia las raíces y camina y, así, todo llegará.

Y, sobre todo, ten paciencia. Las cosas nos llegan cuando estamos listas. 

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Qué dices, Manifestadora, ¿preparada para reprogramar tu mente y observar cómo tus raíces transformadas generan frutos diferentes?