¿Por qué estás tan cansada? Tipos de descanso

Para lograr esto, es fundamental integrar diferentes tipos de descanso en nuestra vida:

• Descanso de diversión: El que pide tu alma cuando has trabajado mucho. Lo puedes confundir con un descanso físico, pero no es ese. Tu niña interior necesita que disfrutes. Ese es el descanso que menos priorizan los adultos. Puede ser cualquier actividad lúdica: juegos de niños, conciertos, etc. ¿qué has parado de hacer de adulta y te apetece? Es el tipo de descanso que más rápido te conecta con tu esencia. 
  
  
• Descanso creativo: Se trata de bajar del cerebro a las manos. Es en el que utilizamos nuestras manos y nos alejamos del pensamiento intelectual. Es una oportunidad para desconectar del cerebro y permitir que nuestras manos y nuestra intuición tomen el control. Este tipo de descanso nos ayuda a reconectar con la fuente de sabiduría y energía que nos impulsa. Aprendemos muchísimo todo el rato y el cerebro se cansa. Dibujar, bailar o plantar algo en la tierra es un descanso que nos vuelve a traer al cuerpo, a la intuición y que nos permite conectar con esa fuente inagotable de energía.
  
  
• Descanso sensorial: Estamos bombardeadas de información, de vídeos, de imágenes y de muchos inputs. Necesitamos un destaco sensorial: poner en pausa los sentidos porque para el sistema nervioso es muy cansado. La idea es hacer pausas de silencio. Es difícil porque la mayoría de las personas odia estar con ellas mismas, pero se puede usar un parque, el mar, un cuarto en el que estés a gusto para estar sola con tus pensamientos, aburriéndote, sin hacer nada. El aburrimiento es muy importante para el desarrollo de los niños y también para las personas adultas. Es importante darle a nuestros sentidos lo que desean. Podemos liberarnos de ropa apretada, caminar descalzos sobre la hierba, disfrutar de texturas suaves y permitirnos experimentar sensaciones placenteras. El descanso sensorial nos ayuda a equilibrar nuestro sistema nervioso y a encontrar momentos de calma y silencio en medio del ajetreo diario.
  
  
• Descanso espiritual: Muchas veces nos sumergimos en un análisis constante de nuestras emociones, pero en ocasiones lo que realmente necesitamos es dejar ir y permitirnos disfrutar el momento sin sobreanalizarlo. No se trata de reprimir nuestras emociones, sino de encontrar un equilibrio entre explorarlas y permitirnos vivir en plenitud. 

Integrar estos tipos de descanso en nuestro día a día nos ayuda a construir una vida en la que nos sentimos bien, en la que no necesitamos escapar constantemente. Estos momentos de descanso nos permiten recargar nuestras energías, rejuvenecer nuestra mente y cuerpo, y encontrar un equilibrio entre el trabajo y el disfrute.